martes, 8 de enero de 2013

¿Qué pasa con la carne?

Me encuentro muy a menudo con personas que vienen a alguna de mis clases o simplemente comparten con nosotros alguna comida, y suelen preguntarnos si no comemos carne y hasta muchos se extrañan.

Desde el punto de vista de la Macrobiótica, si se evitan todos los productos hemoglobínicos es por razones de higiene y para desarrollar al máximo las facultades mentales (según decía Ohsawa, fundador de la Macrobiótica, en su libro Macrobiótica Zen). La carne es ideal para las bestias carnívoras --continúa Ohsawa--: sus glándulas segregan hormonas que les convienen ya que no están acostumbradas a pensar, y actúan por instinto. Sus centros sensitivos y, por consiguiente, su comprensión, no está desarrollada como la nuestra, por eso son explotadas por el hombre o sacrificadas para ser comidas. Por esa razón los que comen productos animales son explotados y aun maltratados por otros y a veces por ellos mismos. (...) Todos los que consumen productos que contienen hemoglobina dependen de los animales, que tienen facultades de juicio inferiores y más precarias que las nuestras.

Quisiera invitarte a meditar en estas palabras de Ohsawa porque la verdadera finalidad de la macrobiótica es que vivamos de forma sencilla, en libertad y sin dependencias de productos animales que realmente nos vuelven dependientes y hasta cierto punto agresivos por la naturaleza misma que contienen. A menudo observo que la gente se muestra muy ansiosa con el tema de la carne, sobre todo si les falta, casi como si a nivel emocional sintieran esa carencia antes que su cuerpo. Y, por supuesto, eso es una ilusión mental, porque los que no la comemos sabemos que se puede vivir perfecta y muy felizmente sin carne.

Como decía una locutora de radio de la encantadora isla de Puerto Rico que nos invitó a su programa la última vez que estuvimos allí, "los animales son mis amigos, y yo no me como a mis amigos". Un buen dato a tener en cuenta...

Y pasamos ahora a mi cocina alquímica, una de las partes de la casa que más disfruto.

La receta de hoy, muy sencilla porque ya se ha terminado la época de las comidas opíparas, es a base de sopita de calabaza con cebolla yanguizada y un poco de mijo (todo triturado con "hand blender", no licuadora) y un platito combinado con trigo sarraceno (kasha, es decir, tostado), ankaké de zanahorias, hinojo y un poquito de cebolla tierna (ahora de temporada en el sur de la Florida) espesado con kuzu (la raíz de una planta japonesa, de color blanco) y perejil picado, acompañado de dos croquetas de mijo.

Recuerda elegir siempre los productos de temporada en la zona donde vivas, y siempre un cereal en grano como ingrediente principal, que hace las veces de filete para los que amamos esta manera simple y valiosa de alimentarnos con lo que nos da tan generosamente la madre Naturaleza. !Buen provecho!

1 comentario:

  1. Hola estoy interesada en tus cursos de cocina, mi nombre es Sandra y si pueden por favor me pueden mandar la informacion a traves de correo electronico (sandrarodriguez314@gmail.com) gracias

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