lunes, 30 de marzo de 2020

Menús con pescado para el fin de semana

El viernes es el día en que suelo ir a comprar pescado, porque es fresco y lo comemos una vez por semana. Es un hábito bastante común entre los macrobióticos que no somos cien por cien vegetarianos. Lo aprendí en Cuisine et Santé, centro macrobiótico en Saint Gaudens (Francia) donde uno aprende macrobiótica de la original, la que enseñó Ohsawa, su fundador.

Cuidado con esto. El pescado que comemos no pasa a ser el centro de nuestra alimentación, que sigue siendo el cereal en sus muchas variedades. Simplemente nos queremos dar el gusto de comerlo y lo hacemos una o dos veces por semana, porque en la macrobiótica se minimiza el consumo de productos animales y se maximiza el de cereales y vegetales.

También quiero decir que el pescado que compremos ha de ser preferiblemente fresco (es decir, que se ha pescado en el último día, no que esté muy frío o congelado), y de buena calidad. Ya he advertido otras veces que hay que mirar que los ojos del pescado se vean brillantes, casi vivos, porque eso es también señal de frescura. En España por suerte somos bastante afortunados en este sentido. En otros países..., bueno, hay que tratar por todos los medios de que sea fresco y si se tienen dudas serias de que no lo es, pues yo casi preferiría no consumirlo. La experiencia me ha demostrado que la apariencia del supermercado o lo caro de sus productos no son garantía de mucho, en cuanto a frescura y calidad se refiere. Más bien presta atención al aspecto del pescado y a sus ojos. Y si cuando te acercas a la pescadería percibes un olor un poco rancio o raro... ¡date media vuelta y déjalo para otro día! Esta es mi sincera opinión. Cada cual que decida según su mejor criterio.

Hecha esta aclaración, paso a mostrar ya los platos que he cocinado este fin de semana con el pescado que compré: calamares, mejillones y sardinas: bueno, bonito y barato.

El primero es spaghetti frutti di mare: con calamares y mejillones. Se cuecen por separado, obviamente, y luego se juntan en una sartén para que se unan los sabores. Si el pescado es bueno, hay que dejar que su sabor predomine en el plato y, por tanto, evitar sazones que opacan el sabor que queremos que predomine en el plato.


Lo podemos acompañar con una ensalada verde (esta tiene unos trocitos de hinojo y aceitunas verdes).



El segundo es risotto con calamares. También se cocinan por separado y solo se juntan al final unos minutos para ensamblar sabores. El arroz, por supuesto, integral. Ya he comentado en otros artículos la necesidad de que el arroz sea integral y nunca blanco. Este es mejor echarlo a los pájaros, que estos días sin turistas ni transeúntes andan un poco hambrientos.

Lo acompañamos con una sopa ligera de avena y kale.



El tercer plato es sardinas cocinadas al horno, solo con sal (marina) y un chorrito de aceite de oliva virgen. Estos platos se pueden aliñar con un poco de ajo y perejil. Para acompañar a las sardinas, he cocinado cuscús integral macerado con calabaza, unos nachos estilo "joseluís" y un poco de ensalada verde. De primero, sopa de calabacín (zucchini), chirivía y cebolla.



Para quien quiera un plato vegetariano, las opciones que presento seguidamente son hamburguesa de mijo con kale y tortitas estilo "joseluís" y ensalada de fusilli con coliflor y salsa de remolacha. y, por supuesto, los acompañamientos del pescado sirven como plato vegetariano.




Hay para elegir. ¡Buen provecho!


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