domingo, 24 de mayo de 2020

Menú de celebración: lasagna macrobiótica con salsa bolognesa sin carne y tarta de chocolate de algarroba



Aun en tiempos aciagos como los que corren, siempre hay alguna cosa que celebrar, aunque sea el fin del confinamiento, después de dos meses y medio...

Si a ello le sumamos que, por ejemplo, cumples años, tú o un ser querido, sobre todo si convives con él, entonces la dicha de cocinar algo sano y sabroso --ambas cualidades perfectamente compatibles--, será doblemente memorable.

En este caso, el plato estrella elegido es una lasagna casera. ¿Qué quiere decir 'casera'? Pues que, partiendo de los ingredientes de base, todo está elaborado en la cocina de tu casa, desde la masa de la lasagna hasta la salsa 'bolognesa' y la bechamel.

Veamos. La base se puede hacer con harina de trigo amasada y cortada en tiras anchas (de unos tres dedos) y un palmo de largas; lo que se adapte a la bandeja de horno que vayas a utilizar. Luego se hierven en una olla ancha, vigilando que no se doblen las tiras. ¡Ojo! Hay que echarlas al agua una vez esté hirviendo. Tienen que hervir un tres o cuatro minutos cada pieza. Las vas retirando y poniendo en una bandeja a medida que las vayas sacando. Tienes que calcular que la cantidad de láminas que vas a necesitar tiene que ser las que cubran la base de la bandeja de horno, y, cuando le habrás puesto la bolognesa dentro, otra capa de láminas encima, sin dejar espacios entre medio.

Mientras tanto puedes poner a remojar soja texturizada, que hace las veces de carne, porque obviamente no la hacemos con carne. La soja texturizada es un invento excelente para hacer salsa bolognesa, como la que vamos a utlizar en versión macrobiótica para nuestra elaboración de hoy.

En otro contenedor pones remolacha ya cocida cortada a trozos y le añades una cucharada grande de umeboshi, un chorro de aceite virgen de oliva, una pizca de sal y un chorro de tamari. Le echas agua hasta cubrirlo y lo trituras. Puedes añadirle unas hierbas provenzales para aromatizar. Te quedará una salsa de color rojo intenso, rubí.

Pones en una sartén, a la que has echado aceite de oliva en toda la base, la soja remojada (colada si ha quedado agua), una pizca de sal y lo remueves hasta que va adquiriendo un tono dorado. En unos minutos, cuando ya esté dorada, la retiras del fuego.

Cuando tengas las tiras de masa de harina listas, ya hervidas, y sacadas, las dispones en la bandeja de horno una al lado de otra sin dejar espacios entre medio. Luego juntas la salsa de remolacha con la soja texturizada y lo mezclas bien; lo depositas en encima de las láminas de harina hervida hasta cubrirlas todas y encima pones las restantes láminas.

Para la bechamel, haces un poco de crema de harina de arroz o de trigo sarraceno hervida en cinco porciones de agua durante quince minutos y la echas por encima de las láminas superiores. Puedes añadirle un poco de nuez moscada rallada. Le echas por encima un chorrito de tamari y un poco de aceite de oliva por las esquinas. Puedes poner un poco de romero por encima cortado a trocitos, opcionalmente. Y ¡listo! Puedes acompañar este plato con una ligera crema de calabaza templada y una ensalada refrescante si hace calor!!!




De postre, una tarta de chocolate de algarroba con avellanas picadas y endulzado con dátiles hervidos y triturados. La base de harinas es de copos de avena, harina de maíz, de trigo integral y un poco de harina de trigo sarraceno, que lo hará más digestivo. También puedes añadir un poco de cáscara de naranja rallada. Importante: No lleva azúcar. Puedes decorar la tarta con unos pedacitos de fresa y de naranja.




¡Feliz domingo y feliz celebración!


No hay comentarios:

Publicar un comentario