Bien, pues lo que cociné para mis amigos el martes pasado fueron unas croquetas de arroz (el arroz tiene que ser del día anterior; importante pues tiene que estar seco) con cebolla yanguizada, zanahoria rallada, avena y orégano fresco; todo amasado y frito en aceite de girasol. Buenísimas croquetas, que cocinó mi marido, experto en cocinar sólo lo que le gusta... Mejor esto que nada, ¿verdad?
Además comimos una crema de calabaza y unos chapatis (tortas hechas a base de harina blanca, sal y aceite de oliva, con un poco de agua, bien amasado sacando bolitas, estiradas con un rodillo bien finas y fritas en una sartén con un poco de aceite de oliva), muy buenas, y muy económicas, salen como el pan de los tiempos de Jesús, muy básico pero sin aditivos ni levadura. Se pueden comer solos, como le gusta a mi hija, o tipo burrito, con verduritas por encima. Un plato resultón y bien barato. El postre, muy sencillo, unos copos de maíz con almendras y nueces y un café de cereales. Bona cuina!
No hay comentarios:
Publicar un comentario