Nos recuerda Georges Ohsawa, fundador de la Macrobiótica, que todas las las grandes religiones nacieron en Oriente, región de la luz, y que gracias a ellas los pueblos orientales, y sobre todo los de Extremo Oriente, vivieron pacíficamente durante miles de años hasta la llegada de la civilización occidental. Por eso Japón fue denominado el país de la longevidad y la paz.
En su intento de armonizar las civilizaciones oriental y oocidental concluyó que si los occidentales aplicamos la filosofía oriental, llegaremos a resolver numerosos problemas no sólo científicos y sociales, sino los relativos a la felicidad y la libertad. Así, nos recomienda estudiar la alimentación oriental, base de la salud y vida venturosa, considerada en Japón como el arte divino de la vida. Este arte resposaba sobre numerosos principios, mientras que en Occidente parece guiarse por la búsqueda de placer. Aquellos que acaban de hacer lo que se llama una buena comida --continúa-- muestran evidentemente por sus rasgos, que están cansados y hasta intoxicados por los alimentos demasiado ricos que han consumido, y sus manifestaciones tampoco demuestran la lucidez de su inteligencia.
Con ello no quiero decir que debas acudir al restaurante chino de la esquina, porque desgraciadamente en los Estados Unidos éstos han sido en su mayoría profanados por esa cultura de la manipulación de los alimentos que han echado a perder el verdadero sentido de las palabras de Ohsawa. "Los verdaderos chefs japoneses y chinos preparan platos que no solamente son exquisitos para los que no tienen arruinadas las papilas gustativas debido al alcohol o los fuertes condimentos --prosigue Ohsawa--, sino capaces de cimentar la salud y luego la felicidad, conforme a los principios de la Macrobiótica".
"El régimen de los monasterios zen en el Japón es llamado syozin ryori lo que quiere decir cocina que mejora la comprensión."
Bien, y puestos a hablar sobre cocina, el plato de hoy es sencillo como de costumbre, con una base de mijo, magnífico y económico cereal en grano que nos ayuda a mejorar la memoria, con un nituké de verduras compuesto de cebolla tierna, judías verdes (green beans, que están en plena temporada en el sur de la Florida) y unos poquitos champiñones para dar contraste. Acompañanos con una galleta de arroz (rice cake) untada con miso y un poco de manteca de cacahuete (peanut butter) y unas hojitas de lechuga. Acompañamos como siempre con una sopa, que nos hidrata y ayuda a asimilar mejor los alimentos; la de hoy con unas acelgas y unos crostones de sarraceno. !Buen provecho!
Ojalá platos como éste nos ayude a mejorar nuestra comprensión. !Salud y larga vida!
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