martes, 14 de julio de 2015

Una alternativa perfecta a los lácteos

Semanas atrás, se popularizó un anuncio en los medios de Cataluña, donde resido, que llevaba un título tan sugerente ("Ningún niño sin bigote") como la imagen que lo ilustraba: la cara simpática de un niño mostrando un bigote de leche muy acentuado.

Se hacía un llamamiento con un fuerte impacto mediático a la necesidad de invertir fondos --públicos y privados-- para la compra y distribución masiva de ese producto animal por su tradicional aporte de calcio a los huesos y dientes de nuestros más pequeños.

Bien, pues yo quiero anunciar desde mi modesta tribuna a quien quiera oír que 100 gramos de sésamo (ajonjolí en América) aportan más de 750 gramos de calcio. Comparando esta cifra con los 120 gramos que aportan 100 cc de leche, o los 250 mg de calcio por 100 gramos de almendras, deducirán que ese diminuto grano --se le considera un fruto seco-- ha de tener un papel importante en la dieta de todos nosotros y por supuesto de nuestros hijos.

Así que, la próxima vez que te preguntes ¿le puedo dar a mi niño algo que sea bueno y que le dé mucho calcio?, ya tienes la respuesta. Y te ahorrará muchos dolores de cabeza a ti y muchos mocos a tu hijo.

¿Cómo se lo puedes dar?
Son varias las formas en que puede tomarse. Pero cualquiera de ellas ha de contar con una condición importante: la asiduidad. Hay que tomarlo todos los días, en una u otra modalidad si quieres sentir los efectos.

1ª) Gomasio: es un preparado a base de sésamo tostado, al que se le añade sal marina (sin refinar) también tostada (por separado) --vigilando que el sésamo no se queme, pues es muy delicado; así que hay que remover sin parar en la sartén sin aceite--, y luego se tritura todo junto en la proporción de 1 cucharada rasa de sal por 7 cucharadas de sésamo tostado (puede tener menos sal si es para niños solamente), en un mortero normal o uno especialmente indicado para ello, llamado suribachi (tiene unas estrías en los lados que ayudan a triturar). Esta manera de prepararlo hace que la sal entre en el sésamo y ambos alimentos juntos se adhieren mejor a los huesos y de paso rebajan la acidez de la sangre. Una buena medicina. También lo venden en tiendas especializadas, pero lo puedes hacer tú en casa, es muy fácil y lo tendrás más fresco.

2ª) Tahín: es un puré o crema de sésamo (ajonjolí) que venden ya preparado. Es conveniente comprarlo en una tienda de productos naturales. Tiene una concentración muy espesa de sésamo, que hace las delicias de los niños untado sobre una tortita de arroz o una tostada. Tiene otra ventaja: es un buen sustituto de la mantequilla, por la cantidad de grasa que contiene. Si lo utilizas a menudo, pronto notarás que desaparece el antojo de tomar leche. ¡Es increíble! Nota: los adultos tómenlo con moderación, por la cantidad de grasa.

3ª) Se pueden verter ocasionalmente unos granos de sésamo sobre las galletas cocinadas en casa o las croquetas de cereales, antes de freír (ver mis otras recetas en el blog).

En fin, cuando descubras las virtudes y las ventajas de comer sésamo, no querrás que nunca falte en tu cocina.

Mi lema de hoy sería:

¡Ningún niño sin sésamo!