viernes, 16 de enero de 2015

A propósito de la abundancia y el vivere parvo

Permítaseme un comentario a raíz de una interesante película que vi pocos días atrás: Boyhood. Por cierto, la recomiendo encarecidamente.

La peli narra diversas etapas de un jovencito desde que era niño (5 años aproximadamente) hasta que cumple 18, con toda la problemática que debe afrontar a causa de dos divorcios de su madre, varias mudanzas junto con su hermana y las peleas de su madre con los maridos que tuvo. Todo ello en un escenario cabría decir claramente caracterizado por la típica vida americana: afición al fútbol americano, a los perritos calientes y a las excursiones de fin de semana asando marshmallows al calor de la leña ardiendo.
En un clímax, hacia el final, tras mudarse la mamá a un apartamento y en la escena de la despedida de su hijo que abandona el nido para ir a la universidad, ella solloza al verle partir y descubrirse sola, de vuelta al punto de partida. En ese momento se lamenta en voz alta diciendo:

--Me he pasado media vida acumulando cosas para pasar la segunda mitad de la vida deshaciéndome de ellas.

Sabia conclusión. Sobre todo cuando piensa --y tú lo ves en menos tiempo que ella-- que se ha pasado casi veinte años luchando denodadamente para sacar adelante ella sola dos hijos y pagar casas, coches, hipotecas, y un largo etcétera.

Así es para la mayor parte de ciudadanos de hecho o de derecho que residen en los Estados Unidos. La sutil crítica a esa vida que subyace en la película es el hilo conductor al tema que traigo a colación y es un concepto diría básico de la macrobiótica. Vivere parvo. Esto es, una vida sencilla, casi pobre, entendida en el marco de lo que en Occidente podemos llamar "pobreza que no tiene nada que ver con su primo lejano de la India o Africa.

Incluso he descubierto que el vivere parvo que practican los macrobióticos de Europa dista del de los Estados Unidos, donde los parámetros de riqueza y abundancia sobrepasan a todo ser humano en el resto del planeta, según he podido comprobar, o así me lo parece. De cualquier modo, cada uno ha de meditar en los principios del Tao que se erigen en fundamento de este principio axiomático y aplicarlo en su vida en la medida de lo que desee abrazar su esencia. Porque abrazar el Tao es abrazar la esencia del Todo, del Uno. Con eso basta. No hace falta mucho más alrededor.

Y a propósito de los macrobióticos del continente americano, debo hacer mención de la reciente pérdida del seguidor de Ohsawa que más esfuerzos dedicó a la difusión de la macrobiótica allá: Michio Kushi, que falleció el pasado 28 de diciembre a los 88 años. Nuestras oraciones están con él y con su familia. Descanse en paz.

Próximamente comentaré más recetas. Disfruten del invierno que nos refresca por fuera y nos calienta por dentro.

viernes, 9 de enero de 2015

¡Feliz 2015! ...Continúo con una paella ¡de las auténticas!

Quiero aprovechar la ocasión para felicitar el año nuevo desde Barcelona con un regalo: una paella de pescado y marisco, como la que puedes ver en la foto, que me he comido hoy. Ojalá nuestros amigos y amigas allende los mares (atlánticos) pudieran compartirla con nosotros. Y es que no me canso de repetirles: ¡vengan a España! Aunque sólo sea una vez en la vida, para probar este delicioso plato. Después caminen por las populosas calles de cualquier ciudad, y el paseo logrará el acomodo perfecto del plato en su sistema digestivo. Entren en la Sagrada Familia, en la impresionante basílica de Santa María del Mar, y recen un Avemaría por las almas de este mundo, para que Dios les dé, nos dé sabiduría a todos a fin de acabar con el horror y la violencia de unos pocos que crean pánico, caos y asesinato como ha ocurrido esta semana en París, Francia. Demos gracias a Dios por un año más, por la oportunidad de alzar nuestras voces y nuestras copas al cielo, y con una sonrisa en el corazón, digamos juntos: ¡Gracias, Dios mío, por la oportunidad de la vida! ¡No la desperdiciaré ni un día más, ni un año más llenándome la panza y despreocupándome de mi integridad, de mi salud, de las de mis hijos, mis amigos, del prójimo! Porque yo soy el Uno, y todos somos Uno.

Gracias a ti por escuchar, por leer estas sencillas líneas que me salen del alma.

Bienvenidos de nuevo. Welcome back!