jueves, 14 de febrero de 2013

Calabacines (zucchini) rellenos con cebolla y pan rallado, nituké de zanahorias con lentejas sobre pita de trigo, cuscús y buñuelos de manzana

Explica Ohsawa que los cereales son siempre la base de una comida, y constituyen el 60% del total. Esta es una de las características fundamentales que distinguen a un macrobiótico de un vegetariano. Hay otras, por supuesto, como por ejemplo, que un macrobiótico puede optar por el pescado (casi nunca por carne de ningún tipo) y no por cuestiones sentimentales, como ya apunté en uno de mis artículos, sino por una cuestión de higiene corporal. Y otras más que ya iremos comentando. Pero no quiero que te enfoques en este tema sino en lo que fundamenta la macrobiótica en sí.

Tenlo bien presente, querido amigo o amiga cibernéticos, porque es una dimensión totalmente diferente de una comida y del alimento en sí; y esa es una de las razones por las que tienes que aprender acudiendo a las clases de alguien que lo haya aprendido de primera mano, porque la macrobiótica no consiste solamente en una serie de recetas apetitosas y coloridas, que hago y publico en esta página muy a gusto, sino que es algo más: el equilibrio entre el yin y el yang, y eso cuesta tiempo de aprehender (sí, con hache); el cereal es el que te ancla en el punto medio entre esos dos polos, y produce la alquimia perfecta en el organismo. Hay que probarlo, y los beneficios no tardan en manifestarse.

Los vegetales, las legumbres, ensaladas, productos animales, etcétera, etcétera, son alimentos secundarios, y tan solo acompañan al cereal. ¿Raro, verdad? Bueno, te animo a que vengas a una de mis clases o a compartir una comida en mi casa y lo verás.

Hoy te presento un plato compuesto de calabacines (zucchini) rellenos con su propia masa y un poco de cebolla y pan rallado, nituké de zanahorias con unas lentejas que tenía del día antes, sobre un lecho de pita hecha con harina de trigo integral molida en casa y una bola de cuscús (estos dos son el cereal). De postre, unos buñuelos de manzana rebozados (empanizados) con harina de maíz y de trigo integral (mitad de cada). La sopa es de nabo con avena (hervidos y triturados) con un pedacito de cracker. Sobre el nituké hay un poquito de mayonesa hecha en casa (a mi marido le encanta y la hace él mismo) y al lado una mini ración de ensalada.

!Buen provecho!

jueves, 7 de febrero de 2013

Un plato para niños: arepitas de trigo y maíz, tempura de espaguetis y ensalada

"La educación del individuo --la tarea más importante que cualquiera pueda acometer-- no espera hasta el primer día del jardín de infancia. Comienza con mucha anticipación en el hogar, ya que influenciamos a  nuestros hijos desde el momento mismo de la concepción --explica Ohsawa--.

"Los niños son imitadores. Si sus padres tienen por único interés las cosas materiales como el dinero y las posesiones, los niños también las desearán. No tienen otra elección, ya que durante sus años formativos están constantemente en contacto con el ejemplo ofrecido por sus padres.

"Si, no obstante, uno mismo se ha educado para comprender que la verdadera meta del hombres es infinita --o sea, alcanzar la felicidad eterna, la salud suprema, la justicia absoluta y la libertad infinita-- entonces el futuro del hijo está asegurado. La vida con un progenitor sano y justo es la educación más completa.

"Tenemos tantas buenas razones para ser felices". "Disponemos de aire, agua y luz en abundancia, todas esas cosas absolutamente indispensables para la existencia de la vida, son mil veces más preciosas que un diamante de doscientos o trescientos quilates. Tenemos los pastos, los ríos, montañas, océanos y el cielo. Los cielos están repletos de galaxias que contienen trillones de soles. !Son nuestros! Nadie nos los puede quitar. De manera que por el solo hecho de existir somos los seres más felices. (...)

"Si sólo sois felices ocasionalmente, !cuidado! Si vuestra felicidad es otorgada por otros, prestada, comprada o robada (a los padres, amigos o escuelas) no es vuestra, y constituye una deuda. Este tipo de felicidad desaparecerá tarde o temprano sin excepción, la felicidad debe ser vuestra, completamente: un logro independiente. Debe ser lo que vosotros mismos habéis creado. Vuestra salud, vuestra belleza y habilidad para juzgar y el conocimiento deben ser vuestros.

"Ante toda cosa debéis ser los creadores de vuestra salud. Todos los seres y cosas vivientes, la hierba, el árbol, la mosca, el microbio, los animales, aves y hasta los insectos gozan de su propia salud, belleza, libertad y felicidad. (...)

"Tres factores pueden asegurar el éxito no sólo en trataros personalmente y a vuestros hijos, sino también en tratar a todo lo viviente:

a) Estudiad la filosofía de Oriente, aplicando su principio unificador (yin y yang) a todos los niveles;
b) Practicad la macrobiótica;
c) Cometed muchos errores porque son la fuente del saber. Como todo cambia, ningún error es irrevocable: nada hay que temer.

"Debemos transmutar nuestras vidas, nuestra salud, nuestra concepción de todas las cosas, de nuestro pensamiento y de nuestras acciones."

Bueno, hoy la lección es un poco más larga, pero me he ido entusiasmando a medida que iba transcribiéndola porque me parece que entraña un mensaje muy liberador para el padre o el que tiene a su cargo a otras personas: en primer lugar, que somos el primer y constante ejemplo durante varios años para el niño; en segundo lugar, que hemos de darle el ejemplo de persona libre y justa, y eso debemos hacerlo adquiriendo el desapego de las cosas materiales y de los sentimientos de los que nos rodean, porque la raíz de la felicidad no está en ninguno de ambos sino en el eterno ahora, en el universo único. Recuerdo hace poco haber oído a una persona decir que lo más importante para ella eran su hermana, sus hijos y sus nietas. Y ya. Hay que suponer que el resto le importan poco o nada; y por supuesto si les falta el cariño de alguno de ellos o la presencia de alguno de ellos, esa persona se deprime automáticamente, como así le ocurre a tanta gente.

Humano es cometer errores, eso ya lo sabemos. Mas debemos recordar que es divina la capacidad de rectificarlos y transmutarlos, y para ello contamos con herramientas: la primera, el amor y el perdón, principios universales y patrimonio divino de todo ser humano, que por más que se crea, no se practican lo a menudo que debería; y en segundo lugar, la llama violeta, una llama espiritual que invocamos a través de la palabra y que realmente hace milagros. !Ojalá Ohsawa la conociera!

Bien, pues aquí dejamos las relexiones de este hermoso y soleado día de febrero en Miami, y mi propuesta de manjar para los infantes es un plato a base de tempura de espaguetis (finos), unas arepitas de harina de trigo integral y de maíz, un poquito de brócoli y ensalada con un tomatito cherri. Los fritos ya sabemos que encantan a los niños --y también a los grandes-- y en este caso, las arepitas son muy fáciles de hacer y se pueden freír con el mismo aceite (de girasol: sunflower) que las tempuras (los espaguetis por supuesto hay que hervirlos antes). Los postres los dejamos para otra ocasión; no deben ser nunca el plato más importante o abundante, ni se les debe dar el bombo que a veces se les da. !Buen provecho!

domingo, 3 de febrero de 2013

Wrap (rollo) de ajos tiernos con coliflor y queso feta, ankaké de seitán con nabo y salsa de kuzu, arroz integral y ensalada de zanahoria rallada

Querido y querida cibernauta amante (o curioso) de este rincón macrobiótico:

La medicina de Extremo Oriente no utiliza recursos terapéuticos --apunta Ohsawa, fundador de la macrobiótica el siglo pasado--, ya que la Naturaleza, madre de toda la vida en este Universo, es la grande y verdadera fuerza creativa. La enfermedad y la infelicidad --prosigue-- son el resultado de una conducta equivocada, de un comportamiento que viola el orden del universo.

Te dejo para que medites sobre este principio hoy domingo, mientras te comento brevemente el plato de mi cocina alquímica de hoy: un bonito combinado compuesto de un rollo (en EE.UU. le llaman "wrap") hecho con harina integral y harina de sarraceno molidas en mi molinillo (no tienen nada que ver con las comerciales) y dentro unos ajitos tiernos rehogados con coliflor hervida aparte y un poquito de queso feta cortado a cuadraditos (te recuerdo que en la macrobiótica el uso del queso es en principio esporádico y en cantidades muy pequeñas); acompañado de arroz integral (aliñado con gomasio hecho en casa), un ankaké de nabos con trocitos de seitán bañado en salsa de kuzu (esta raíz es muy buena para los intestinos) y una ensaladita de zanahoria rallada con un par de aceitunas negras (para darle contraste) aliñada con una vinagreta de umeboshi. La sopa es una crema de calabaza con dos trocitos de cracker por encima.

Un plato completo y saludable que hará las delicias de vuestros comensales. !Feliz domingo!